Placa de inducción.
La placa de inducción detecta que has colocado un recipiente en su superficie y empieza a agitarlo mediante ondas magnéticas en un sentido y en otro rápidamente, la energía absorbida se desprende en forma de calor, calentando el recipiente y por contacto calienta la comida de su interior. Para que esto se produzca el material del utensilio de cocina debe ser ferromagnético, es decir, no nos valdrán nuestras ollas de aluminio, terracota… Este funcionamiento es llamado la ley de Faraday.
Existen placas de inducción que aprovechan además esta tecnología para adaptarse a las formas y tamaños de los recipientes, encendiendo solo las partes en contacto con ella.
Las cocinas de inducción de se pueden encontrar desde 300 € con 3 fuegos y las vitrocerámicas se pueden encontrar desde 150 €.
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